San Lorenzo no pudo con las circunstancias

 

Sin embargo, desde el orden táctico de Ortigoza y el fútbol generado por el inmenso Sebastián Blanco, el once de Aguirre encerró al Pincha sobe su propia área. Más allá de que al principio fue más un dominio territorial, en el cierre de la etapa llegó la merecida recompensa. Fue luego de una mala salida desde el fondo del equipo platense, cuando Nico Blandi vio llegar a Blanco y lo asistió. El ex Lanús, ingresando por la izquierda, se hamacó, abrió el pie y se la clavó en el ángulo al indefenso Losada, para decretar la esperada igualdad con la que un rato más tarde finalizaba el capítulo inicial.

 

En el segundo tiempo, toda aquella costosa remontada volvió a verse amenazada cuando Franco Mussis vio una nueva amarilla y se fue a las duchas dejando al Ciclón con un hombre menos. Después de un período en el que Estudiantes se cansó de pegar sistemáticamente, el juez Patricio Lousteau demostró que en la del Gordo debía aplicar el reglamento a rajatabla, lamentable por donde se lo mire. Este inesperado trance obligó a Diego Aguirre a remendar y el DT lo hizo “sacrificando” a Blanco por Matias Caruzzo, en una comprensible intención de querer reconstruir un equipo partido al medio, ante la salida de Mussis. No obstante, San Lorenzo jamás claudicó y continuó yendo al frente y a la búsqueda del triunfo. Pero Estudiantes aprovechó todas las ventajas extra-futbolísticas y golpeó de nuevo con un testazo de Damonte. 

 

El 1-2 fue un mazazo letal, tanto que a más de un cuarto de hora para el final del cotejo daba la sensación de que la derrota era cosa juzgada.

 

Con la desesperación de remar desde atrás, el cansancio acumulado y la inferioridad numérica perjudicaron aún más a un San Lorenzo se había desacostumbrado a los traspiés. Belluschi tuvo el empate en sus pies pero Losada la mandó al córner. En la siguiente, la paridad llamó otra vez al arco visitante pero el gol se le negó al Ciclón. Y así se fue el tiempo y con él se llevó las ilusiones de un equipo que dejó todo pero no pudo evitar la derrota.