En el fondo, dimos ventaja y se pagó caro

Al Ciclón se le hizo cuesta arriba desde el vestuario y por eso debió sufrir más de la cuenta ante Boca. Sumada a la ausencia de Angeleri, Coloccini estuvo en cancha apenas 3 minutos y Nicolás Zalazar debió suplantarlo, a sabiendas del difícil compromiso que se le venía por delante. Y justamente el pibe bailó con la más fea cuando Benedetto lo sacó a pasear, lo mareó y definió por encima del adelantado Torrico. Transcurrían poco más de 20 minutos y San Lorenzo ya se encontraba en desventaja. Pero para Zalazar, lo peor no había pasado: un despeje hacia atrás quedó corto y Walter Bou (reemplazante de Benedetto) ajustició a Torrico para decretar el 2-0. Baldazo de agua helada era poco, máxime teniendo en cuenta algunas situaciones desaprovechadas por Belluschi y Cauteruccio.

Ante el desorden generalizado del equipo, el propio Belluschi se erigió no sólo en el conductor de sus compañeros sino también de una hipotética remontada azulgrana, y cuando moría la primera mitad abrió el pie y señaló el merecido descuento para el elenco local. El 1-2 dejaba el partido abierto y con pronóstico incierto, habría que ver cómo decantaban Cuervos y Xeneizes lo ocurrido en el capítulo inicial.

La segunda mitad comenzó palo a palo, en la jerga del boxeo, golpe por golpe. San Lorenzo siguió yendo al frente y se arriesgó a dejar espacios que Boca bien pudo (pero no supo) capitalizar. No obstante, las más claras fueron del Ciclón, en especial aquella en la que Cauteruccio reventó la unión del poste y el travesaño. El empate estaba al caer, era cuestión de encontrar el momento y mandarla a guardar, en la medida de lo posible sin correr riesgos innecesarios en el fondo. Sin embargo, enfrente estaba el impredecible Boca, un rival que puede estar iluminado, como tener una tarde para el olvido.

En el último tramo, el Ciclón pudo encontrar el empate pero careció de efectividad para lograrlo. Fue después de una contra y cuando Cauteruccio falló en la definición ante la salida de Sara en una inmejorable oportunidad. En el cierre no se modificó la tendencia, el Ciclón continuó presionando en búsqueda de la tan ansiada paridad. Entre la sistemática pérdida de tiempo y despejes por doquier, la visita encriptó el partido y con ello se aseguró un triunfo que resultó exagerado.

San Lorenzo se quedó con las manos vacías, no sólo en las competencias donde participaba sino también ante Boca. La actitud no se perdió pero los resultados ya no son como eran entonces. Habrá que recalcular y terminar este año de la mejor manera. El torneo local es largo y en la próxima temporada se avecinan desafíos interesantes. Ojalá se esté a la altura de las circunstancias.