¿Y si probás con ponerte anteojos, Lousteau?

Es inevitable pensar qué hubiera pasado si al impresentable de Patricio Lousteau no se le escapaba ese lapso de tarjeta fácil y dejaba en cancha a Víctor Salazar. ¿Habría tenido otro desenlace el partido? Hipótesis al margen, la realidad indica de que San Lorenzo pudo haberse traído un triunfazo desde Rosario pero que el árbitro le puso el freno de mano y casi que lo dejó cortando clavos en su propio campo.

Decí que el remendado equipo de Diego Aguirre cumplió (y con creces) lo propuesto por un entrenador que tiene casi toda la energía puesta en el partido del miércoles ante Lanús por la Copa, que si no otra hubiera sido la historia. Sólido en defensa y con puntos altísimos en Paulo Díaz, el todoterreno central que juega de lo que sea, y rinde. El chileno fue el mejor del Ciclón junto a su compañero de zaga Marcos Senesi. Con un incansable tractor como Robert Piris Da Motta, la referencia en el área del picante Nico Reniero y el aporte de Rubén Botta, San Lorenzo se le puso cara a cara al Canalla y casi se queda con el premio mayor. Los demás cumplieron en mayor o en menor medida, y en general no desentonaron, además le demostraron al DT uruguayo que hay recambio para cuando él lo disponga.

San Lorenzo se quedó con la tranquilidad del deber cumplido pero con ese sabor agridulce de sentirse que le metieron la mano en el bolsillo. La prematura expulsión de Salazar fue una bisagra en el partido, no obstante el Ciclón se repuso, duplicó los esfuerzos y al menos se vuelve a la Capital Federal con un punto, un premio consuelo que tan mal no le vino en función de las circunstancias y el presente del equipo.