Sobre llovido, mojados y afanados

Se hablará durante toda la semana y con el correr de los días los motivos de esta derrota quedarán en el recuerdo. Que Germán Delfino exageró en el penal que le cobró a Paulo Díaz, que el asistente vio ingresar al jugador de Tigre en la misma línea que el último defensor azulgrana, y la mar en coche. Lo cierto es que el Ciclón volvió a jugar mal y lo pagó caro ante un rival que había cambiado de entrenador en la semana y que hacía seis partidos que no sabía lo que era ganar (cuatro derrotas y dos empates). La realidad es que este 2017 le resulta incómodo al Ciclón y esto se nota. Los que llegaron no pudieron suplir a los que se fueron, y el equipo no le encuentra la vuelta a sus rivales, más allá de que como local siga ganando.

Eso se vio en el primer tiempo donde fue todo de Tigre. No obstante, el 0-0 decoró el resultado de un capítulo que se extendió más de lo debido por un corte de luz sobre el epílogo del mismo.

En la segunda mitad llegaron las emociones. Aunque Torrico se lució en un mano a mano tras un yerro de Paulo Díaz, no pudo salvar las papas cuando al propio chileno le ganaron la espalda y un tal Cardozo ajustició al Cóndor con un zapatazo desde afuera del área. Pero cuando se venía la noche, el Ciclón resurgió de las cenizas como el Ave Fénix. ¡Y de qué manera! Primero fue Beluschi quien encabezó una contra y asistió a Blandi para que con una hermosa vaselina señalara la transitoria igualdad. Y cuando aún se celebraba el empate, Bautista Merlini aprovechó un rebote y por la misma vía señaló el 2-1 parcial. Imposible decidir cuál de los dos golazos fue mejor.

En el tramo en el que dominaba el cotejo y donde lo pudo definir, San Lorenzo le dio otra vida a Tigre y eso le costó el partido, no sin un sinfín de polémicas en el medio.

Lo empató Alexis Castro cuando a Caruzzo le ganaron la espalda por enésima vez pero Merlini de cabeza volvió a darle la ventaja al Ciclón. Y cuando el partido se cerraba, a Paulo Díaz le cobraron un insólito penal que nadie vio y el “Chino” Luna cambió por gol. Y sobre el cierre, Ramón Mierez (otro ignoto) entró en offside ante la impresentable respuesta del fondo azulgrana y anotó el 4-3 de Tigre.

Derrota, preocupación, bronca, calentura y demás, ante una nueva caída de un plantel que ya demostró que cumplió un ciclo, al igual que un entrenador que no encuentra respuestas y -últimamente- tampoco resultados.