Santos y Diablos, empate sin gloria

Avellaneda volvió a ser escenario de un clásico venido a menos. San Lorenzo regresaba al Libertadores de América-Ricardo Bochini tras la flojísima derrota sufrida ante Racing días atrás. Esta vez enfrente estaba Independiente, un gigante en crisis cuya última caída ante Banfield precipitó la renuncia de Julio Vaccari. Con Carlos Matheu de técnico interino, el Rojo buscaba un alivio en medio del incendio. Pero lo que se jugaba era un duelo de necesitados, dos colosos del fútbol argentino sumergidos en un presente tan opaco como sus tribunas colmadas de paciencia gastada.

Ayude y los primeros 10 partidos en San Lorenzo

El primer tiempo fue fiel reflejo del contexto: nervios, cautela y poco riesgo. Ambos, con problemas dentro y fuera de la cancha, arrastran deudas futbolísticas e institucionales. San Lorenzo insinuó un poco más: Reali probó con un remate tibio y, en respuesta, Tarzia intentó para el Rojo sin puntería. Todo fue chato hasta que Cuello comandó una contra precisa, habilitó a Facundo Gulli y el juvenil, con categoría, abrió el pie para poner el 1-0. Golazo y esperanza azulgrana para un descanso en ventaja.

En el complemento, Independiente se sacudió la modorra apenas volvió al campo. Con más ímpetu que ideas, arrimó centros y forzó errores. Y cuando nada pasaba, un córner de Montiel encontró la mala fortuna de Tripichio, que desvió contra su propia valla y puso el 1-1. Fue el primer grito rojo después de 262 minutos de sequía. A partir de allí, el duelo se apagó: pocas llegadas, piernas pesadas y silbidos crecientes. La pitada de Zunino desató insultos en la parcialidad local.

UN GOL SOÑADO Y EMOCIÓN PARA EL PIBE 🔵🔴

Hermosa definición de Facundo Gulli para el 1-0 de San Lorenzo ante Independiente

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— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) September 21, 2025

San Lorenzo mereció mejor suerte: manejó el trámite, tuvo la ventaja y la dejó escapar por detalles. Otra vez, la falta de cierre y la mala fortuna le arrebataron un triunfo que valía más que tres puntos. Empate que no suma ni para Santos ni para Diablos.