San Lorenzo prepara su vuelta a los entrenamientos, entre los protocolos y la nueva normalidad

Con la confirmación por parte de Claudio Tapia en el día de ayer del regreso de los entrenamientos a partir del 10 de agosto, tras la reunión que tuvo lugar en la Casa Rosada con el Gobierno Nacional y el Ministerio de Salud. En Boedo ya se mueven para arrancar lo antes posible y que Mariano Soso pueda sumar entrenamientos presenciales, recordando que desde su llegada solo tuvo dos.

San Lorenzo ya se puso en contacto con sus futbolistas que se encuentran en el exterior e interior del país para que estén lo antes posible. Una vez que esto ocurra, el cuadro azulgrana sabe de antemano que no será posible poder entrenar en Ciudad Deportiva, donde hay instalada una base sanitaria para la detección de posibles casos de coronavirus. Por este motivo el Ciclón se trasladará al predio de la AFA en Ezeiza. De acuerdo con los protocolos que determinaron las autoridades de Salud y en concordancia con la dirigencia del fútbol argentino, ya se puede adelantar como serán las primeras semanas de trabajo.

¿Cuál es la idea? La de empezar a trabajar en tres canchas y en dos turnos, con grupos de seis jugadores, mezclados en sus roles (arqueros, defensores, mediocampistas y delanteros) por si llega a darse un caso de algún caso de COVID-19 que obligaría el aislamiento del grupo de trabajo. Todos bajo la supervisión por alguien del cuerpo técnico y medico del plantel. Otro detalle a tener en cuenta es que cada jugador recibirá hidratación, alimentación y mudas de ropa para cada semana y no se utilizarán los vestuarios: llegarán cambiados.

Pero todo esto, se sumará al hisopado previo al retorno y el test serológico del primer día (que se reiterará una vez por semana como mínimo), tomando la temperatura todos los días y de esta manera llevar un registro epidemiológico de cada integrante. A esta altura parece poco probable que San Lorenzo pueda arrancar el 10 de agosto, o al menos que estén todos presentes.

Lo ideal parece ser que en la tercera semana pasarían de 6 a 10 futbolistas, para luego en la cuarta o quinta (dependerá del inicio del campeonato), Mariano Soso y sus muchachos quedarían concentrados y formar así la burbuja sanitaria.