Ni el calor ni el temporal, el Ciclón lo ganó igual

San Lorenzo derrotó 2 a 0 a Olimpo en Bahía Blanca con dos goles de Nico Blandi, ambos de cabeza. El conjunto de Pablo Guede cerró una semana en la que se alzó con tres victorias.

Tal vez se sufra en demasía, es cierto, pero la realidad indica que el Ciclón comenzó a jugar a algo muy diferente a lo que lo hacía con Edgardo Bauza. No sólo es más gustoso sino que también gana y hasta por momentos brinda espectáculo.

Ante Olimpo siempre costó y mucho, esta vez no fue la excepción. La diferencia radicó en que en esta oportunidad lo ganó con autoridad, y justicia. Más allá de algún revolcón de Torrico cuando el aurinegro se jugó lo poco que le quedaba, siempre quedó la sensación de que el segundo tanto de Blandi había sentenciado el pleito. En realidad, parecía que San Lorenzo podía aumentar la diferencia.

San Lorenzo no es el Barcelona de Guardiola y no descubro nada nuevo. Tiene dudas y horrores en el fondo y sus centrales se turnan para complicar al bueno de Torrico. En Bahía alternaron de cal y de arena y quizá quedará como el punto flojo que mostró el equipo. Pero cuando cruza mitad de cancha es cosa seria, y hay que reconocerlo. No hubo actuaciones descollantes como ante Boca o Sarmiento, pero sí puntos altos. Belluschi, el propio Blandi, Mussis y el ya mencionado Torrico podrían integrar sin dudas un simbólico podio y nadie estaría en desacuerdo conmigo. También fue interesante el aporte (una vez más) del velocista gambeteador Ezequiel Cerutti, actor intelectual del segundo gol de San Lorenzo.

El Ciclón pasó por el sur de Buenos Aires y, en el medio de una tormenta, sopló fuerte. Habrá que ver si su DT quedó conforme con lo que dejó su equipo. Al menos, y por razones de calendario ajustado, se dio el lujo de “reservar” estandartes como Ortigoza, Blanco, Romagnoli y Angeleri. Y le salió bien.

En seis días, San Lorenzo tuvo tres partidos y los ganó a todos, convirtiendo 8 goles a favor y recibiendo tan sólo 1. Estadísticamente hablando, mejor imposible. Hay cuestiones a mejorar pero con triunfos, pasan a un segundo plano. ¿O no es así?