Más de lo mismo, derrota y preocupación  

Dicen que la necesidad tiene cara de hereje y la ausencia de sus principales cartas ofensivas, el tándem Blandi- Reniero, era para San Lorenzo la excusa perfecta para reinventarse en su excursión por Mendoza al visitar a Godoy Cruz. Desde el primer minuto, el Ciclón tuvo en jaque al Tomba cuando el pibe Adolfo Gaich quedó cara a cara ante Roberto Ramírez. Pero el arquero local atoró al Tanque y lo obligó a patear sin recorrido. Era un aviso de que en el Malvinas Argentinas ambos elencos saldrían con la intención de quedarse con el triunfo.

El capítulo inicial se jugó de arco a arco, y tanto San Lorenzo como Godoy Cruz tuvieron sus chances, aunque quizás las del Ciclón fueron más claras, entre ellas una volea de Ariel Rojas que fue desviada por la última línea mendocina, una doble salvada de Ramírez que privó a Botta de un golazo a distancia o un mano a mano de Alexis Castro que no supo capitalizar y mandar a la red, por mencionar solo algunas ocasiones propicias para abrir el marcador. Daba la sensación que los dirigidos por el Pampa Biaggio habían sido más ambiciosos y merecían haberse ido al descanso en ventaja.

En el complemento, el panorama cambió por completo: San Lorenzo dejó de merodear con tanta asiduidad las adyacencias de Ramírez y Godoy Cruz se acercó con mayor peligrosidad sobre las barbas de Nico Navarro. Sin embargo, en ninguna de ellas inquietó al seguro arquero del Ciclón. Y así fue transcurriendo la segunda etapa, sin novedades en el frente y con cada vez menos llegadas por bandos. No obstante, sobre el descuento, en el enésimo desborde de Angileri llegó el centro picante que Ávalos capitalizó con un cabezazo y mandó a la red.

Derrota ante Godoy Cruz en Mendoza, duro golpe ante un rival que aprovechó la único que tuvo y se quedó con un triunfo que golpea, y mucho. Castigo para un equipo como San Lorenzo que sigue sin encontrar el juego y en donde las variantes no parecen surtir efecto. Más allá de que aún está en carrera en todos los frentes, la suerte no siempre alcanza, se la acompaña…