La rotación pasó factura y Arsenal lo aprovechó

San Lorenzo perdió 2 a 0 con Arsenal y por el momento deja de lado el campeonato ya que apuesta sus fichas a una Libertadores que se le complicó demasiado. Flojo partido del Ciclón que pagó muy caro algunos errores defensivos y que careció de efectividad para anotar las que tuvo.

Sin descartar el campeonato aunque con la mayor parte de las expectativas puestas en la Copa Libertadores, San Lorenzo recibía a Arsenal. En la previa, Pablo Guede ponía en cancha a un equipo plagado de jugadores que habitualmente no salen desde el arranque, para permitirles a otros descansar y llegar de la mejor manera al encuentro ante Gremio del próximo martes. Más allá de contar con un plantel extenso en cantidad y en nombres, era previsible que tales modificaciones iban a influir en el desarrollo del juego. No obstante, el Ciclón asumió el protagonismo y generó las situaciones más claras de la etapa inicial.

Aunque tuvo algunas imprecisiones, no sufrió sobresaltos y, con el correr de los minutos, San Lorenzo acorraló a Arsenal sobre su propio arco. A pesar de la ausencia de sus laterales titulares, Buffarini y Mas, el Ciclón encontró desde los costados la fórmula para lastimar a Arsenal. Mediante las proyecciones constantes de Prósperi y Montoya, el conjunto azulgrana estuvo a tiro de abrir el marcador. A los 24 Matos sacudió el poste izquierdo de Pellegrino y le regaló al partido la primera emoción de la gélida noche. Más tarde fue la exquisita ejecución de Pablo Barrientos la que casi se transforma en gol olímpico. Después, Ávila remató desde afuera del área pero Pellegrino se estiró y la mandó al córner. Pese al predominio y a las mejores situaciones, el resultado permaneció inalterable.

En el complemento y fuera de todo contexto, Arsenal atacó de movida y llegó al gol. Fue un avance por izquierda (que derivó en una serie de rebotes) y que le calzó a la perfección a la volea de Ferreyra para que de zurda doblegue la estéril resistencia de Torrico. Golazo para la visita, baldado de agua fría en el Bidegain. 

El 0-1 obligó a Guede a buscar recursos para revertir la desventaja: Blanco y Cerutti adentro, Montoya y Ávila afuera. Pero estos cambios no tuvieron chances de surtir efecto porque Arsenal anotó su segundo tanto. La jugada nació en un grave error de Paulo Díaz quien la anticipó y perdió en mitad de cancha. De esa jugada nació una contra letal que encabezó Luna y que Barbieri definió ante un vencido Torrico. 0-2, sobre llovido mojado. 

Aunque San Lorenzo jamás bajó los brazos e incluso tuvo algunas oportunidades para descontar, un par de ellas inmejorables, la cuesta arriba era imposible escalar y el partido ya tenía un destino fijado que determinaba una derrota, le primera como local en el ciclo Guede. 

Evidentemente el entrenador optó por el máximo torneo continental y ojalá su apuesta resulte como todos los sanlorencistas anhelamos, caso contrario volverá a cumplirse aquel viejo saber popular: “Sin el pan y sin la torta”. Hoy regalamos parte de ese pan, que las ilusiones puestas por la otra competencia duren, y mucho…