La clásica paternidad en Parque de los Poquitos

35 partidos de diferencia marca el historial en el clásico barrial por naturaleza de nuestro país. Ni hablar de convocatoria ni de títulos porque el abismo sería mucho más manifiesto a favor del Ciclón. Lo cierto es que esta nueva victoria de San Lorenzo volvió a cumplir un precepto más de aquellos que determinan las estadísticas y que se incrementa aún más con el correr de los años. Sin jugar bien y cortando clavos hasta la pitada final de Fernando Rapallini, el elenco azulgrana clausuró los avances Quemeros y se quedó con tres puntos vitales de cara al cierre del campeonato local.

Huracán asumió el protagonismo desde el arranque del cotejo y hasta generó riesgo en la valla de Nico Navarro, mas careció de efectividad a la hora de buscar el arco. San Lorenzo, por su parte, no tuvo creatividad en sus líneas y la piloteó como pudo ante las súbitas bajas de Ortigoza y Merlini en las últimas horas. Este detalle no fue un dato menor porque sin ellos el Ciclón perdió juego y manejo de los tiempos en mitad de cancha hacia adelante.

Tras una primera mitad donde el resultado se mantuvo invariable, San Lorenzo le mojó la oreja a Huracán cuando Cerutti recibió un rebote en el área y asistió a Angeleri quien tan sólo debió saltar y cabecearle con todo el arco a su merced. Con este 1 a 0 parcial, el Globo se desesperó y su DT Azconzábal movió el once en búsqueda del empate perdido. Pero apenas logró partir a su equipo al medio y lanzar un sinfín de centros que fueron sistemáticamente repelidos por Navarro y por los defensores centrales. Con “Pichi” Mercier como el punto más alto del equipo, San Lorenzo se ajustó la servilleta al cuello y salió de contra cada vez que pudo. Estuvo ahí de liquidarlo pero Blandi y Ávila no pudieron hacerlo. Nico, el hoy capitán azulgrana y de buena actuación, enfrentó a Marcos Díaz, lo gambeteó pero su remate se abrió demasiado y el Ciclón se atragantó con el grito de gol. Lo mismo sucedió con el “Chimy” que la adelantó mucho y Díaz lo atoró.

Sin novedades en el frente, San Lorenzo selló un triunfo que resultó por demás chivo, no sólo porque para “ellos” este clásico es el partido del año sino también porque las circunstancias y la cercanía del encuentro del miércoles ante Flamenco por la Libertadores le agregaban un condimento extra al clásico. Diego Aguirre metió todo lo mejor que tuvo a su disposición y se quedó con la victoria. Huracán, mientras tanto, desempolva una vez más esa calculadora que jamás puede archivar. Los promedios acechan tanto o más que el fantasma de un eventual quinto descenso en su historia. Pero ese es problema de esta gente. Nosotros celebramos este nuevo éxito, el quinto en fila (tres por el torneo local y dos por la Copa) y vamos por más. Jugar mal y ganar también se festeja, muchísimo más cuando es ante Huracán, el equipo de Parque de los Poquitos, digo Parque de los Patricios…

Nos aburriste @CAHuracan #SanLorenzo pic.twitter.com/L8rILyp1YD

— SAN LORENZO PRIMERO (@SanLorePrimero) 13 de mayo de 2017