Empate con sabor a derrota

San Lorenzo recibía a Huracán en uno de los clásicos barriales más desparejos del mundo, con la supremacía histórica e inapelable del Ciclón en títulos, convocatoria y estadísticas. Sin embargo, esa diferencia abismal no se tradujo en el césped del Nuevo Gasómetro, donde la tarde quedó atrapada en un empate opaco que no hizo justicia al marco de fiesta que presentaba el estadio.

En la jugada de la expulsión a Giménez por un codazo, hubo amarilla a Gill por esta reacción empujando al jugador de Huracán. ¿Qué te pareció?

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— SportsCenter (@SC_ESPN) August 30, 2025

El arranque mostró a un San Lorenzo presionado, frente a un Huracán más ordenado que apostaba a castigar por la banda derecha. En una acción aislada, un forcejeo entre Luciano Giménez y Perruzzi terminó con un puñetazo del delantero visitante al juvenil azulgrana. El juez Nicolás Ramírez, fiel a su estilo riguroso, no dudó: roja directa. El Globo se quedaba con diez hombres a los 26’ del primer tiempo, dejando al Ciclón con la ventaja numérica durante casi setenta minutos. El equipo de Ayude tomó la iniciativa, pero apenas inquietó a Galíndez y se fue al descanso sin claridad ni ideas.

En el complemento, el guion no cambió demasiado. San Lorenzo intentó, pero jamás hizo pesar la superioridad. El penal a Reali que prometía abrir el marcador se desvaneció tras la revisión tecnológica por posición adelantada de Cerutti. Los cambios refrescaron más a Huracán que al local, y la jugada más peligrosa fue para la visita: Tissera, en un mano a mano clarísimo, estuvo a punto de silenciar el Bidegain. El Ciclón, entre la confusión y el apuro, no pasó de la posesión intrascendente y terminó chocando contra sus propias limitaciones.

LAS LÍNEAS DEL VAR: así fue el offside de Cerutti, que anuló la jugada que terminaba en penal a favor de San Lorenzo ante Huracán.

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Así se selló un empate que cayó pésimo en Boedo: un partido flojo, con un hombre más desde el amanecer del juego y un estadio desbordado de ilusión, pero que terminó en decepción. San Lorenzo apenas sumó un punto, careció de ideas, enjundia y profundidad para vulnerar a un Huracán que se las ingenió con lo justo y que, incluso, pudo haberse llevado un premio mayor. El clásico quedó en tablas, y el Ciclón, con sabor a derrota.