El San Lorenzo - Huracán por el que un periodista pidió alambrados más fuertes

El 8 de noviembre de 1959 San Lorenzo ya era campeón del fútbol argentino. Claro, se había consagrado una semana atrás, en la que, a pesar de la derrota por 3-0 ante Ferro —y gracias a la caída de Racing frente a River—, la fanaticada cuerva no había dejado concluir el partido disputado en la cancha del equipo del barrio de Caballito debido a los festejos descontrolados en el césped.

Pero el 8 era especial, ya que la alegría podía valer por dos. El Ciclón, ganador del campeonato en la vigésimo sexta fecha, cuatro antes de su final, se enfrentaba a su rival, Huracán, en El Gasómetro. En la primera vuelta, el resultado había sido favorable por 4-1 para los de Boedo, dirigidos en ese entonces por José Barreiro; los goles azulgranas los habían marcado Norberto Boggio, Miguel Ángel Ruiz y José Sanfilippo (doblete). La segunda ronda no mostró un desenlace muy distinto, solamente que se agregaron un par de tantos más para cada equipo.

Así es. El primer partido después de la vuelta olímpica en Ferro fue un triunfo por 6-3 frente al Globo con gritos de Sanfilippo y Boggio, ambos por triplicado. Lo que se conocía de San Lorenzo en esa instancia del año lo describía el mítico cronista Dante Panzeri en su nota publicada en El Gráfico de esa época: “Lo ya sabido de San Lorenzo: que a su defensa se la llevan y la arrinconan muy fácilmente; que su ataque es capaz de ganar dos metros donde encuentre uno de ventaja, llegar a la pelota, hallarse luego en otra jugada y enseguida sobre el gol. Condición esta última que respalda la rapidez no sólo pedestre sino de captación del lugar y tiempo para buscar el demarque que tienen sus gestores”.

El Ciclón no brilló ese día. Un atenuante, sin dudas, pudo haber sido la lluvia, motivo que provocó que el partido se disputara prácticamente en el barro. Sin embargo, y para agasajo de Panzeri, no había sido tan torrencial como en la primera ronda, en la que, en palabras del periodista, habían jugado sobre agua. El primer gol fue para Huracán y lo marcó Diz, pero el empate en uno llegó en los pies de Boggio. Un pase de Ruiz a Sanfilippo, quien definió sin que pudieran alcanzarlo los defensores, fue el causante del 2-1. Tras una jugada del Nene, para el tercer gol —sí, de Boggio— se vistió de asistidor. Soria y, de nuevo, Diz, pusieron el 3-3 parcial. Desde este momento se desbalanceó el marcador. Dos tantos al hilo de Sanfilippo y uno más de Boggio hicieron que el resultado final culminara en 6-3. Set y partido para los cuervos.

De nuevo, como en la fecha previa, el partido terminó con motivo de la invasión de los hinchas cuando aún restaban algunos minutos de fútbol. “Faltando cinco minutos para cumplirse el tiempo reglamentario, la impaciencia de los adictos a San Lorenzo de Almagro por festejar su conquista del campeonato desbordó en una simultánea invasión del campo de juego por todos los costados y todos los boquetes abiertos a sus afanes”, exclamó Panzeri en sus líneas. Si bien el periodista aclaró que, en este caso, la intromisión en el campo de juego había sido “sana y bien humorizada”, su queja era con respecto a lo que podía suceder si no fuera así: “Una ley que también puede, de la misma forma que aquí se la aplicara para festejar, destinarse a la exteriorización del desagrado. Y el desagrado o la alegría de las hinchadas no puede seguir contando como única barrera de intercepción —vistos otros efectos menos pacíficos que los de estos dos últimos domingos— con estos débiles alambrados”.

Ese campeonato concluyó con la victoria azulgrana, de visitante, ante Boca por 2-1 y con Sanfilippo como goleador del torneo, con 31 festejos. El Ciclón consiguió 45 puntos, siete más que Racing, el más inmediato perseguidor. Omar Higinio García, Héctor Facundo, Ruiz, Boggio y Sanfilippo se convirtieron en “Los cinco pistoleros”, delantera clave para la historia de San Lorenzo.