Deuda central

Un Club como San Lorenzo no puede depender de un hombre de 37 años como Fabricio Coloccini para pensar en dejar de sufrir en la zona defensiva. Existe el derecho a la duda con respecto al ex Newcastle porque aún no volvió y si llega al clásico con Huracán (todo apunta que sí) serán 50 días después de su último partido con la camiseta de San Lorenzo (fecha 5, ante Unión en la victoria 2-1 en el NG). Ante Banfield la fecha pasada, la dupla central Ferrari – Arias cumplió y por eso repitieron ayer ante Central Córdoba, pero la expulsión absurda del primer marcador central, generó que otra vez, el Ciclón deba reestructurar a los jugadores en cancha quedando con uno menos que su rival y además, el ingreso de Gonzalo Rodríguez no fue el esperado: está claro que hacía su debut en el semestre y no jugaba desde mayo de este año (ante Estudiantes de San Luis en Santa Fe por Copa Argentina) pero el experimentado marcador central dio la sensación de padecer el partido ante Gervasio Núñez, Herrera y el resto de los santiagueños.

Ninguno de los jugadores toma la posta de Coloccini y se hace dueño de la defensa, más allá del ímpetu del propio Arias, a quien se nota que también le falta para estar fino después de su paso por Arabia. Habrá que esperar a la evolución de Colocha para ver en cancha a la dupla que Pizzi siempre pensó desde que se fue Senesi y se sumó Cachila a San Lorenzo: el hombre de los rulos y el uruguayo con experiencia, voz de mando y personalidad.

De todas formas, está claro que esto excede a los nombres propios y es principalmente estructural. El equipo de Pizzi sufre en cada retroceso, marca mal en ataque y también en defensa y ni hablar los dolores de cabeza con la pelota parada. Más allá de todos los problemas que tiene el DT con el equipo, hay una deuda central que pronto debe ser saldada para empezar a salir del pozo futbolístico en el que está el equipo.