A puro Bla-Bla, el Ciclón se prende en todo

San Lorenzo se reinventó y demostró que puede dar batalla en cualquier frente. Y paradójicamente lo logró ante la necesidad de reemplazar a Ezequiel Cerutti y a Fabricio Coloccini y tras resultados adversos.
Desde la sufrida victoria en Florencio Varela, el Ciclón asumió una postura más generosa y combativa, en especial en la mitad de cancha donde cuenta con sus mejores exponentes a la hora de la creación, los principales proveedores de juego para los delanteros. La goleada -no sin sobresaltos- frente a Banfield fue un envión anímico que hoy terminó de consolidar cundo recibió a Vélez en el Bidegain.
Con un primer tiempo jugado casi a la perfección, el elenco de Diego Aguirre borró de la cancha al Fortín y se puso en ventaja con un golazo de Sebastián Blanco, uno de los que mejoró su rendimiento en las ultima fechas. Con un Tino Costa movedizo y al que no le pesó reemplazar nada menos que al Gordo Ortigoza, un Fernando Belluschi amo y señor en la generación de juego, un Franco Mussis cada vez más afianzado en el rol de volante central y dos delanteros como Nico Blandi y Martín Cauteruccio que evidenciaron que con este esquema es factible la presencia del doble nueve, San Lorenzo colocó los cimientos de una victoria que trabajada pero también justificada.
Aunque Vélez adelantó sus naves y llegó al empate parcial luego del enésimo error en el cierre de Mathias Corujo y la definición de Tripichio, el elenco azulgrana se puso nuevamente arriba en el marcador, al toque, con un zapatazo de Nico Blandi, quien se acostumbró a mojar semana tras semana.

Más allá de algún sofocón en la primera mitad (incluido el gol de Vélez), San Lorenzo dominó el cotejo de principio a fin. Y se quedó con el triunfo, merecidamente. Ganó el Ciclón 2 a 1 en una serie que bien podría catalogarse como Semana Santa que incluyó tres éxitos en línea. ¿Qué más se puede pedir?