Manusovich: "Nunca alcanzarán las palabras para contar lo de Rosario"

Ya pasó tiempo del año 1995. 25 años precisamente, pero para el hincha de San Lorenzo, para prácticamente una generación entera de cuervos, el Clausura de ese año que cortó una racha de 21 años sin títulos, parece que fue ayer que se definió en el Gigante de Arroyito ante 40 mil cuervos. Por eso, a poco de llegar a las Bodas de Plata de aquella jornada histórica, San Lorenzo Primero habló en exclusiva mediante un Instagram Live con Damián Manusovich, que antes de hablar de Veira, Silas, Ruggeri y tantos otros, nos cuenta cómo va llevando esta cuarentena: “Recluídos en nuestras casas, ya que es el compromiso que asumimos y esperamos que esto termine lo antes posible”. Además de su función periodística en Fox Sports todas las tardes, es empresario gastronómico, tal vez uno de los sectores más golpeados y el Ruso lo explica: “Está complicado, pero no nos quejamos. Hay gente que la está pasando peor de verdad y es ahí donde hay que prestar atención y ser solidarios con el momento que les toca vivir a esta mayoría”.

Actualmente, es columnista de Fox Radio y ya no es una rareza verlo en los medios, donde empezó hace un tiempo largo y lo recuerda: “No tenía en mis planes este presente si se quiere desde un costado periodístico. Pero volví de España y reemplacé a Germán Paoloski en Fútbol Para Todos junto a Fernando Carlos y Emiliano Pinsón y más allá de tener un paso con Cristian Bassedas en Vélez como ayudante de campo, esto es algo que ya hago hace 10 años y me gusta, porque estás vinculado al fútbol sin la vorágine del día a día. No convivía con los periodistas pero encontré un mundo genial, de compañeros solidarios, que te enseñan y explican por dónde ir. Lo disfruto un montón, al igual que comentar los partidos del campeonato”.

Manusovich se retiró del fútbol a los 29 años por estar “cansado de sus manejos por fuera del campo de juego” como ha dicho en más de una ocasión y por eso, a más de 15 años de esa decisión, responde si se amigó con el fútbol luego de tanto tiempo: “Sigo pensando lo mismo pero entendí que te podés quedar en la queja o meterte en el circo e intentar que cambie. El fútbol es pasión y amor, me encanta. 

Luego de debutar en Atlanta y de jugar en Vélez, Damián Manusovich llegó a San Lorenzo en 1993 y si de recordar se trata, es que para llegar a ese campeón del Clausura 1995, entiende que ese equipo tuvo su proceso pero que había cuerda para algo más: “Podíamos haber coronado con algún otro título. La Copa de 1996 la tuvimos muy cerca y en los torneos locales, salvo el semestre de esa Libertadores 96, siempre estábamos en los primeros puestos peleando. Guardo unos recuerdos espectaculares”.

A poco de cumplirse 25 años de aquel título que marcó a una generación cuerva, el lateral izquierdo campeón con el ciclón comienza a analizar ese torneo: “Éramos muy competitivos. Ante cualquiera nos plantábamos y decíamos “acá está San Lorenzo” Es dificil decir que nos sentíamos campeones, pero si yo tuviera que describirlo era un equipo sin miedos. Yo era el más chico y los miraba a mis compañeros y sentía que era como jugar con mamá y papá Lo que tenga adelante lo vamos a pasar por arriba. No ganamos todos los partidos pero estábamos convencidos, teníamos una fuerza terrible. En defensa nos hacían muy pocos goles y la mitad de la cancha fue de los mejores mediocampos del fútbol argentino (Monserrat, Galetto, Netto, Silas). Cada uno sabía lo que tenía que hacer: Monserrat rompía por afuera, Fernando que fue de los mejores volantes centrales que vi en mi vida. Netto que se cerraba y Paulo que arrancaba por izquierda y me permitía subir a mi por ese lado. Además, el Bambino fue fundamental, él siempre nos hablaba de las pequeñas sociedades y las fuimos encontrando” En cuanto al plantel, lo define como “corto, no éramos muchos y la presión de 21 años sin ser campeón se sentía. El hecho de ser locales en el Nuevo Gasómetro fue fundamental para nosotros. Volvimos a tener estadio pero faltaba el campeonato y pudimos lograrlo”.

Damián Manusovich dio una vuelta olímpica en el fútbol argentino con 22 años, que no son los mismos de hoy, por la madurez que puede tener un futbolista a esta altura y recuerda lo que significó para él tener a Oscar Ruggeri a su lado: “Era un guía. Nos peleábamos mucho adentro de la cancha y la seguíamos inclusive durante la semana. Me ‘retaba’ porque él no quería que yo pase al ataque, porque yo quería jugar un poco más arriba, pero él me decía: “quedate acá que vamos a salir campeones”. Era todo con mucho cariño y yo le recriminaba cuando pasaba y era gol, pero él seguía obstinado en lo suyo, jajaja”.

Frontal como siempre, no saca los pies del plato al momento de analizar el cariño de los hinchas para ese plantel campeón: “Ese título me marcó a mí, entonces ¿cómo los que en esa época tenían una edad parecida a la mía y hasta los 35 años aproximadamente no los va a marcar ese plantel y el torneo? Hay cosas que, pasadas tanto tiempo me quedan borrosas y no sé si es mito o realidad. Pero si alguien escribe un guión para una película con ese final incluído, estamos para el Oscar si lo llevamos a ese nivel de locura. Lo ganamos faltando 15 minutos, más allá que desde el gol de Mazzoni éramos campeones, el gol nuestro del Gallego González es faltando muy poco. Es absolutamente cinematográfico”.

Dentro de esa locura, recuerda cómo era salir a jugar obligado por un Gimnasia de La Plata que peleaba el torneo y ganaba sus partidos sobre la hora: “Cada uno tenía su ritual y yo me enteraba poco, me intentaba aislar. Pero había muchísima presión en ese cabeza a cabeza y lo pudimos lograr”.

Más allá de todo el campeonato, recuerda aquel partido con Vélez, que terminó 1-0 para el Fortín, en la noche que pareció que el torneo podía escaparse: “Le pasamos la pelota a Gimnasia al perder ahí. Fue una batalla campal. Ellos eran un equipazo y no teníamos nada para recriminarnos. Cuando hacés todo, no te queda mucho por decir. Lo podríamos haber perdido antes por el penal que ataja Passet, ganarlo con el gol que le anulan a Silas, pero fue un partido tremendo. Había que dar vuelta la página, ganarle a Lanús y ver qué pasaba”.

Y el gol de Netto ante el Grana estuvo y San Lorenzo llegó con chances a la última fecha, y ahí se dio un momento inolvidable: la arenga del Bambino Veira en Fútbol de Primera el domingo a la noche luego de esa victoria y Manusovich lo recuerda perfectamente: “Estaba loco. En el vestuario nos dijo: ‘me voy a la tele a llevarles 40 mil hinchas a Rosario’ y lo miramos como diciendo: ¿A dónde irá, no? y a la noche, comiendo pizza y mirando el programa, lo vemos en el estudio y él hablaba convencido, igual que cuando lo hacía con nosotros. Estaba convencido que éramos campeones. Él sabía que debía mantener nuestro temple y también mandar un mensaje a Gimnasia como diciendo que no estábamos muertos. Él interpretó eso a la perfección y ya desde el martes lo gastaban los más grandes, por la locura que tenía: ‘Vas a tener que pagarle el pasaje a los hinchas’ le decíamos, pero también estábamos convencidos que podía darse”.

 

“Quiero que vayan 25, 30 mil personas, con alegría y en familia a Rosario…”, dijo el Bambino en Fútbol de Primera.

Esa semana de cara al partido en Rosario ante Central y que podía coronar a San Lorenzo después de 21 años, el propio Manusovich cuenta cómo la vivió: “La previa me ponía nervioso, pero ya cambiado como jugador, no en la semana. Llegábamos 2 horas antes y yo era el primero en cambiarme y me iba rápido a la zona donde entrábamos en calor y me quedaba media hora solo con la pelota”, recuerda.

Llegó el viaje a Rosario en micro y ya se veían algunos autos pintados de azulgrana en la ruta, pero nadie esperaba lo que terminó sucediendo, y así lo cuenta uno de los protagonistas: “Veíamos movimientos ya estando en el hotel, pero estábamos recluídos y no era tanto. Pero al momento de salir a la cancha, el micro no podía avanzar. La adrenalina trepaba por todos lados y era demencial lo que se vivía. Y a la distancia, uno entiende que ahí se estaba gestando algo, eso no era normal: había un silencio terrible en el viaje. Nos preguntábamos: ¿A dónde van estos locos? Solo veíamos a una marea de gente y hasta pensamos en que no llegábamos a la cancha a jugar el partido.

“El Bambino se paró en ese momento y dijo: “Acá está el campeón”

"En el micro hacia la cancha, el Bambino nos dijo: 'Acá está el campeón´" 🔵🔴 A poco de cumplirse 25 años del Clausura 95, @manusovichdam habló en vivo con @GonzaaOrellano y contó todo sobre aquella epopeya 🏆 Mirá la nota completa 👉https://t.co/qnSefdgHcZ pic.twitter.com/E9IExFC4JX

— San Lorenzo Primero (desde 🏡) (@SanLorePrimero) June 14, 2020

“Lo tengo grabado en la memoria, me acuerdo y se me pone la piel de gallina. De alguna manera íbamos a hacer un gol. De eso no había dudas”. Y si hablamos de goles, cuenta otra anécdota del momento del gol de Mazzoni, para Independiente y ante Gimnasia, pero que se gritó en el Gigante como si fuera propio: “Hubo gritos confusos en un momento pero el de Mazzoni fue clarito y se notó que era para nosotros. Hablé con un alcanzapelotas para que me haga señas y me confirmara si pasaba algo y al momento de ese grito me levantó el dedo pulgar y confirmé lo que pasaba en La Plata“.

Si hay un momento que todo el mundo se acuerda es aquel penal que erró Netto: “Cuando nos dan el penal, todos pensamos que era gol. Ya estaba. Pero cuando erró se hizo un silencio terrible en toda la cancha. Volvió a ocupar posición, lo arengué y me miró como diciendo: “mirá lo que hice”, pero estábamos convencidos que algún gol íbamos a hacer y por suerte pudimos hacerlo”.

El momento cúlmine. Centro de Silas y gol del Gallego. El grito que esperaba hace 21 años estaba cada vez más cerca y Manusovich lo recuerda: “Me abracé con Passet porque yo estaba de último hombre. Fue todo una locura. Queríamos saber cuánto faltaba y el árbitro (NdeR: Roberto Ruscio) no nos decía nada. No pudimos procesarlo, fuimos campeones ‘de repente’ (sic) porque sentíamos que íbamos atrás de un milagro, que ocurrió”.

Fue final en La Plata, Independiente ganó 1-0, San Lorenzo conseguía el título luego de tanto tiempo pero el partido no terminaba más, la espera era eterna, y ahí se metió el hoy Presidente Marcelo Tinelli a invadir el campo, lleno de alegría junto a más amigos y el jugador recuerda ese momento y los festejos: “Fue encontrarnos con una alegría enorme, de repente. Yo estaba pegado al banco y era todo increíble, la locura de la gente. Vuelvo a lo que te contaba antes: Desde la salida al hotel hacia el estadio y lo vivido después es propio de una película y los grandes protagonistas fueron el Bambino y la gente. Lo ocurrido ese día no van a alcanzar las palabras para contarlo.

“Los grandes protagonistas fueron el Bambino y la gente. Lo ocurrido ese día no van a alcanzar las palabras para contarlo”

Y a la distancia, se emociona por lo vivido y por los recuerdos: “Va a quedar grabado en la historia del club, porque los clubes son lo que son por el amor y la identificación colectiva hacia los colores y agradezco que los que me cruzan a mi o a mis compañeros nos cuentan historias de haber ido con su papá a la cancha y verlo campeón por primera vez o con amigos. Eso es impagable para uno”.

Además, recordamos su único grito con la camiseta de San Lorenzo, en noviembre de 1997 ante Colón: “Me cuentan historias de ese día como si fuera el ’95. Lo gritaron como si fuera propio, hasta Marcelo Araujo se sorprende en el relato del partido. Me siento muy querido por la gente y tal vez fue un disfrute especial para la gente ese gol y eso es lo que te queda como identificación de los colores.

Por último, el Ruso Damián Manusovich le deja un mensaje al hincha de San Lorenzo: “Solo decirle gracias. Llegué con una mano atrás y otra adelante y terminó siendo mi casa. Gracias porque formo parte de esta historia maravillosa y veremos dónde nos encuentra en algún momento: me gustaría ser dirigente del club en algún momento. Matías Lammens me insiste hace tiempo con esto y no lo veo en el corto plazo pero en el día de mañana, si tengo que ser parte, sería en ese lugar”, cerró.