Maglio: "Dirigiendo a San Lorenzo disfruté ver a Montero, a Correa, al Pipi"

La Cuervería radio por AM 970 conversó con el ex árbitro Carlos Maglio, confeso simpatizante de San Lorenzo y quien dirigió el reciente amistoso entre los campeones de 1995 en cancha del Ciclón.

“Mi primer partido en Primera fue en 2004, en Rosario y dirigí Central-Gimnasia.  Me estoy adaptando al retiro pero igual se siente la falta de competencia. Son etapas que van pasando, uno no se puede eternizar. Uno va quedando fuera de contexto con los chicos. No era fácil acomodarse con los tiempos de la gente. Caminaba entre una línea delgada entre lo que se aguantaba y lo que se quería aguantar, por ejemplo críticas desde la maldad, algún dirigente que me venga a patear la puerta del vestuario, discutir con jugadores adentro de la cancha que te cargan o insultan. Nosotros también estábamos con las pulsaciones a mil. Los hombres se decían las cosas cara a cara”, arrancó el “Flaco” Maglio.

Sobre su pasión azulgrana, el otrora juez se sinceró: “A San Lorenzo lo dirigí varias veces. La simpatía por un club no influye, depende de los momentos de cada equipo y de las rachas. Disfruté ver a Paolo Montero, Ángel Correa, al Pipi Romagnoli. De otros equipos también. Me refiero al profesional pero pagaba entrada por ver a Riquelme o Verón. También a Ortega y al Kily González”.

En cuanto a lo que significaba para él tener al público sanlorencista, Maglio reconoció que “disfrutaba de la hinchada de San Lorenzo, a veces también saltaba durante el partido. Nunca me voy a olvidar del 81, encima vivía en La Paternal. Me desmayé en el partido en el que descendimos en cancha de Ferro ante Argentinos Juniors. Por eso recuerdo que un día me protestaba Romagnoli, lo miré y le dije: ¡nene, agarrá la pelota y jugá que estos nos mandaron al descenso! El Pipi me miraba y no entendía nada. En el 82 éramos un grupo de 20 que llevábamos una bandera de 100 metros. Nos conocían de estar en todas las canchas. Mucho de eso se perdió”.

Sobre su mayor alegría como hincha de San Lorenzo, el “Gigante” admitió que “con la Final de la Copa Libertadores pude completar varios sueños. Además llevé a mi padre al Nuevo Gasómetro (a la Platea Norte) ya que él no había ido nunca a ese estadio”.

Pero más allá de que detrás de un árbitro hay un hincha de un club de fútbol, el nacido en Capital Federal hace 50 años, confesó que “uno deja de lado el hecho de ser hincha cuando se pone la ropa negra. Te amarga mucho cuando se cometen errores, más cuando se trata de equipos grandes por la repercusión. Después entendí que la gente no tenía por qué entenderlo. Tengo un hijo con capacidades diferentes y a partir de ahí empecé a tener otros valores. La vida no pasaba por un partido de fútbol. Me equivocaba pero no lo tomaba tan a la tremenda. Pero uno lo sufre como cualquier hincha”.

Maglio cerró la entrevista con una interesante reflexión sobre lo que significa ser ábitro. “Es una profesión muy linda pero te tiene que gustar. Siempre recuerdo cuando mi viejo me vio con el uniforme por primera vez. Me dijo: mirá si serás de renegado que te disfrazás de negro para que te puteen”.