La crónica del destrato

En la previa del clásico se habló mucho de la preocupación cuerva por el trato que iban a recibir en Parque Patricios, pero los organismos de seguridad garantizaron una “cápsula” para cuidar la llegada de la delegación azulgrana. La llegada fue sin mayores problemas, pero con un operativo que solamente separó el micro de la gente con un par de efectivos con escudos. Los insultos para con el plantel llegaban incluso desde adentro del estadio, pero en la actualidad de la sociedad argentina no sorprende.

El partido tuvo su trámite, con pierna fuerte como de costumbre, pero nada fuera de lo normal. El penal sancionado por Facundo Tello fue polémico, no obstante no generó algún incidente. El tumulto se dio sobre el final, cuando Fernando Tobio tumbó a Adam Bareiro y, tras una pelea generalizada, se agarró con Nahuel Barrios y ambos vieron la roja -al igual que Pizarro y Giay, que estaban en el banco-.

Gattoni y Braida salen del vestuario visitante. #SanLorenzo pic.twitter.com/p3K75fN2w1

— Gonzalo Orellano (@Gonzaaorellano) March 6, 2023

El árbitro mundialista pitó el final y, con un estadio Tomás Adolfo Ducó entre silencio y un intento de arenga con aplausos, despidió a los planteles. Los dirigidos por Ruben Darío Insua bajaron a su camarín y se encontraron con una actitud poco feliz y, a esta altura, ya increíble: el agua cortada. Los futbolistas salieron vestidos como para jugar, pero en vez de saltar al campo de juego se subieron al micro para ir a ducharse al hotel donde concentraron.

La prensa partidaria también sufrió el destrato, ya que la organización los envió a un sector de pupitres sobrepasado de hinchas y con dos efectivos de seguridad privada que no marcaban la diferencia. La gente hizo lo que quiso. Las provocaciones, que no tuvieron lugar y no generaron ninguna reacción, no demoraron en aparecer. El próximo clásico será en el Nuevo Gasómetro por la Copa de la Liga 2023.