En el barrio de Boedo hay carnaval

Como era sensiblemente lógico, cientos de hinchas se acercaron desde muy temprano a las inmediaciones de los terrenos cuervos. La ansiedad y las ganas de pisar tierra santa desbordaron a todos los fanáticos del Ciclón que llegaron desde infinidad de puntos del planeta para una celebración histórica. Pero la fría tarde de Buenos Aires le dijo a la Gloriosa que debía esperar.

La misa, con posterior caravana todavía estaba lejos pero los abrazos, las fotos y los recuerdos en familia mantuvieron el calor durante la espera más dulce de la historia azulgrana. Cayó el sol sobre el barrio de Boedo y todo empezó a surgir naturalmente. Quienes esperaban sobre Avenida La Plata se agolparon para ingresar a su tierra y todo estaba listo para que el inmenso número de hinchas que colmaba las calles pudiera disfrutar de la fiesta incluso desde afuera. Los cuervos se acercaban y fueron más de 100.000.

El club dispuso pantallas y sonido para que en todos los ángulos -incluso más allá del perímetro del terreno- se pudiera ver los videos, además de la transmisión en vivo que mostraba lo que hacían aquellos pequeños puntitos arriba de los dos escenarios, colocados en los dos extremos del predio. La distancia hacia las tarimas, provocada por una marea cuerva permitía ver a los distintos artistas simplemente como puntos y la tecnología terminó por amplificarlos para hacer de cada show un recuerdo imborrable.

Llegó la carroza con las glorias azulgranas y la emoción también se hizo gigante, todo estaba dado para vivir la noche que fue. La lucha de más de 30 años llegaba a su fin y el Ciclón no se reunía en pos de un reclamo, no desbordaba de hinchas un barrio que no era el propio porque, por el momento, las leyes podían descansar. Era momento de festejar, el estadio vendrá pronto y los tablones se volverán a levantar en Boedo.

La dosis no podía fallar y se repitió a lo largo de toda la jornada: un fragmento de video con repaso histórico por la vida sanlorencista, como para aflojar las lágrimas, y después un show que podía ser Vicentico, Néstor En Bloque, el Coro Kennedy, un poema en la voz de Miguel Ángel Rodríguez o cantantes y bandas identificados con el Ciclón. El resultado fue el esperado, mucha emoción para una vigilia que compartieron varias generaciones de cuervos.

El momento tan ansiado asomó alrededor de las 23.50, cuando el grupo Fuerza Bruta junto a algunos chicos de distintas disciplinas del club sorprendieron con un show musical en la cuenta regresiva. Minutos faltaban para comenzar julio como dueños de Boedo. En el aire, un despliegue acrobático se desplegaba sobre las cabezas de los hinchas que emocionados esperaban la cuenta regresiva. 5, 4, 3… San Lorenzo volvió a casa y los fuegos artificiales que explotaban dentro de los corazones, también se hicieron visibles en el cielo de Buenos Aires. Volvimos para siempre.