El Ciclón está Blandito pero voltea Muñecos a lo pavote

En una de sus mejores producciones del año, San Lorenzo derrotó a River Plate 2 a 1. Los goles azulgranas fueron señalados por Nico Blandi, Lucas Alario descontó para el Millo, en tiempo extra,

El resultado final fue muy estricto con San Lorenzo ya que no reflejó las diferencias que hubo entre uno y otro equipo en la tarde-noche del Bidegain. El conjunto de Pablo Guede fue superior en todo momento, dominó a voluntad y –de habérselo propuesto- hasta podría haber conseguido una goleada monumental, justamente en vísperas del inolvidable Silencio Atroz del 8 de mayo de 2008.

 En la primera parte costó maniatar al golpeado River, pero a la larga se logró el objetivo planteado. Luego de varias inmejorables situaciones, entre ellas una de Blanco a instancias de Barovero, el Gordo Ortigoza frotó la lámpara e inventó una habilitación para Más quien asistió a Blandi. Y esta vez el ex Boca no perdonó. Era la apertura del marcador, el premio merecido que se llevaba un San Lorenzo punzante e incisivo ante un rival que brindaba constantes ventajas en el fondo.  Aun habiendo tenido groseros errores defensivos, una de ellas desde un despeje corto de Torrico cuyo rebote tomó Nacho Fernández y estrelló en el poste, y otra salvada milagrosa del mismo Cóndor ante un disparo a quemarropa de Lucho González (reemplazante de D’Alessandro), el Ciclón había sido muchísimo más que River. Por eso, el festejo por el tanto conseguido por Blandi significaba más un gesto de desahogo: era el merecido premio ante el desgaste realizado y el buen juego exhibido en casi todos los tramos del encuentro.

Sólido en defensa y a la hora de remangarse los tamangos para recuperar el balón, con excelsas actuaciones de Cerutti, Belluschi y Ortigoza, opacadas tal vez por los goles del letal Nico Blandi, los dirigidos por Pablo Guede vienen firmes y volteando muñecos a lo pavote. Seis triunfos en línea ante rivales de fusta corroboran lo expuesto, los últimos tres nada menos que en clásicos: en el barrio frente a Huracán, y en una siete días ante los devaluados Independiente y el River del “Muñeco” Gallardo.

San Lorenzo ya se consolidó como equipo y es cosa seria. Se repuso ante las inclemencias de un par de derrotas dolorosas pero se levantó al toque y dio muestras inequívocas de estar cada día más vivo y cuando la cabeza de su DT y parte de la plantilla comenzaban a estar en consideración de la gente. Es cierto que Guede asumió sus errores (en la intimidad) y cambió a tiempo. No le tembló el pulso ni se le cayeron los anillos al indultar a Juan Ignacio Mercier y el “Pichi” se lo agradeció volviendo a ser el de siempre. Encontró en Nico Blandi la fórmula del gol que Martín Cauteruccio no había podido descubrir. En fin, el Ciclón mutó y los resultados están al alcance.

Restan dos finales. Como ya advirtió el entrenador: “Esto se define en la última fecha”. Para Guede, es partido a partido y ahora el Norte está puesto en Santa Fe, donde el Ciclón intentará traerse los tres puntos a la espera de que Godoy Cruz resigne algún poroto cuando reciba a Belgrano en Mendoza.

El Ciclón está en racha y su gente lo celebra. Se acostumbró a ganar y hasta le incorporó a eso triunfos el jogo bonito cada vez más frecuente. ¿Qué más se puede pedir?