Débora Molina: “Para mí es una felicidad enorme jugar la Libertadores”

El camino fue largo. Y con parate por pandemia de por medio. Complicado, quizás, también. Pero San Lorenzo finalizó la primera parte del Torneo Apertura invicto en la Zona A, y solo por detrás de Boca, casualmente el rival de la final. Fueron once encuentros en los que el equipo femenino del Ciclón cosechó siete triunfos y cuatro empates. Los últimos tres, ya en eliminación directa, 2-0 ante Rosario Central en los cuartos de final, 1-0 contra UAI Urquiza en la semifinal, y la igualdad por 1-1 vs Boca, que terminó con victoria (3-2) en la definición desde el punto del penal y el título, que se definió en la cancha de Deportivo Morón, yéndose a Boedo.

Débora Molina reveló que, durante estas últimas horas, está bajando sus pulsaciones y pudiendo descansar normalmente: “Recién hoy pude dormir bastante bien. Lo hacía entrecortado, pero porque no caía. Venia de festejo en festejo”. Además, contó lo que significa para ella haber aportado tantos gritos para el equipo, pero sin desmerecer el trabajo de sus compañeras: “En este torneo me tocó hacer los goles a mí, pero no me fijo mucho en quien hace los goles. Contenta en lo personal porque eso sumó para el equipo, pero tuvimos partidos en los que hemos ganado 1-0 y eso fue importante, sino no sé si hubiésemos llegado donde llegamos. Siempre digo que, para mí, lo más importante es llevarse los tres puntos”.

El recorrido no fue fácil, pero fecha tras fecha el equipo fue consolidándose cada vez más y por eso el trabajo realizado durante la temporada concluyó con un campeonato, en una competición que se torna cada vez más pareja y también compleja: “Fuimos escalando de menor a mayor. Ya nada es fácil. Creo que haber llegado a la final era nuestro objetivo. Nos costó, fuimos mejorando semana tras semana y todo el esfuerzo valió la pena”, indicó la delantera del conjunto azulgrana.

En cuanto al duelo definitivo en el que, al igual que durante el torneo, el equipo fue de menor a mayor y se consiguió el tanto del empate a escasos minutos del silbatazo final, Molina indicó que: “Esperábamos hacer el gol, porque jugamos con el corazón hasta lo último, sin regalar nada. Más allá de que no tuvimos un buen primer tiempo, no nos dimos por vencidas y llegamos a los penales”. Y con respecto a la definición desde los doce pasos, agregó que: “Más allá de que lo erré, yo estaba muy tranquila, no tenía nervios. Tuve la mala suerte de pegarle muy al medio, suele pasar. Por suerte Karen (Puentes) lo hizo. Yo me sentía muy segura y sabía que lo íbamos a ganar, lo hable con mis compañeras después. Confiaba mucho en ellas, pero los nervios siempre iban a estar. Fuimos fuertes y quedó demostrado”.

Débora Molina llegó a San Lorenzo en 2008, pero con otras intenciones. Su idea, en un principio, era ser parte del equipo de futsal femenino de la institución. Después de un tiempo de insistencias, aceptó entrenar en cancha de once debido a que le veían condiciones para conformar el plantel, pero no pudo adaptarse y dejó de practicar en ese equipo. Ya en 2015 y con las Santitas siendo las flamantes campeonas, le ofrecieron nuevamente volver a ser parte del equipo y ella, quien alentó a las chicas desde la tribuna, aceptó. Por lo que esta consagración tiene un valor importante para la nacida hace 36 años en Claypole: “Para mí fue mi primer título, hoy lo puedo disfrutar de otra manera porque jugué todo el torneo, estuve en todos los partidos”.

Y con esta vuelta olímpica, además, llegó la clasificación al torneo más importante a nivel continental, y Molina no disimuló a la hora de demostrar sus sensaciones tras este logro: “Jugar la Libertadores era el sueño, no solo mío, sino de todas las chicas. No lo podíamos creer en ese momento. Para mí es una felicidad enorme, por ser la primera vez, el hecho de cumplir este sueño”.

Para finalizar, eligió un momento clave durante la temporada: “Me quedo con muchas cosas. Nuestro objetivo era llegar a la final, estábamos pasando por un momento difícil (en la previa del choque ante UAI Urquiza) y lo supimos afrontar”, destacó el esfuerzo que realizó el plantel para conseguir la consagración a pesar de las adversidades “Hubo situaciones de chicas que estaban operadas, lesionadas, Maca (Sánchez) jugó infiltrada, Sindy (Ramírez) y Eli (Medina) también. Éramos un grupo chico a la hora de los partidos, a veces mirábamos con quien podíamos contar porque no teníamos jugadoras, estábamos justas” y valoró la calidad humana que hay en el club: “Es un grupo de gente muy linda, no solo las jugadoras, sino que también todas las personas que nos rodean”.

¡Las Santitas campeonas!