Barrientos: "Me encantaría trabajar en San Lorenzo"

Pablo Barrientos es uno de los símbolos de los últimos años en San Lorenzo: surgido de las inferiores, volvió para ser campeón de América, marcar un gol clave en el Mundial de Clubes y anotar dos golazos en la Supercopa Argentina en el recordado 4-0 ante Boca en Córdoba. Hoy, alejado del club de sus amores, analizó las posibilidades de retirarse vistiendo la camiseta del Ciclón: “Lo dije cuando estaba en México, uno tiene que ser autocrítico, siendo inteligente tengo que decir que no volvería a San Lorenzo, no le sumaría tanto al club que amo tanto”, confesó en diálogo con el programa San Lorenzo de América.

Si bien descarta su vuelta como jugador, dejó la puerta abierta para seguir vinculado a la institución y advirtió: “Me encantaría trabajar en el club. Hoy no veo viable ser técnico”.

Respecto a aquel glorioso 2014, recordó: “Pasaron 6 años de la Copa Libertadores, la imagen y el recuerdo lo tengo intacto. El gol en el Mundial de Clubes lo grité hasta que me quedé sin aire, no podíamos destrabar ese partido, no le podíamos fallar a la gente”. 

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El Pitu, que jugó en el F.C. Moscú, habló sobre Gaich y su desembarco en una liga que conoce bien: “Creo que tiene unas condiciones tremendas, estaba para mucho más, pero el CSKA es un equipo grande, no hay que subestimar a esa liga”. En el conjunto de la capital Rusa jugó 42 partidos, anotó 10 goles y dio 11 asistencias entre 2006 y 2008.

En uno de sus mejores momentos futbolisticos, Barrientos vivió una desilusión muy grande con la camiseta de San Lorenzo: “No me gusta pensarlo mucho porque es llenarme de bronca, es lo que nos tocó, estuvo mal manejado. No pudimos consagrarnos, que era lo que merecíamos. Veníamos primeros y nos relajamos. Contra Tigre jugamos un partido espectacular. No salimos campeones por cosas extras”, recordó sobre el triangular del Torneo Apertura 2008.

Por último, opinó sobre si es o no ídolo del club: “Creo que la palabra ídolo es demasiado para mí. No sé a cuántos le tocó vivir lo que yo viví en el club”. “Me costó horrores separar el hincha del jugador. Jugar para San Lorenzo no era igual, era algo extra, nunca lo supe resolver, siempre me costó más”, cerró.